Los vasos linfáticos, superficiales y profundos, drenan fundamentalmente en los nódulos linfáticos renales y lumboaórticos.
La inervación autónoma corre a cargo principalmente del ganglio aórticorrenal, situado a nivel de la A. renal, y del plexo renal, dispuesto también a lo largo de la A. renal con fibras procedentes del plexo mesentérico craneal y de los nervios esplácnicos. El nervio vago es el responsable de la inervación parasimpática, inerva los riñones y las glándulas adrenales mediante los ramos renales.